martes, 4 de mayo de 2010

No quiero un vecino xenófobo


Un xenófobo, un voto. Este es el título de un artículo publicado hoy en El País. Desgraciadamente, un título demasiado acertado en estos últimos días. El panfleto del PP en Badalona o los hechos sucedidos en Vic son ejemplos del ambiente en el que estamos sumidos con respecto a la inmigración. La crisis económica sacude a los españoles, como a otros países europeos, y el ser humano necesita culpables. Está en nuestra condición culpar a otros de lo que nos sucede y el PP está utilizando, de manera rastrera y demagógica, el miedo y los más bajos instintos humanos simple y llanamente para conseguir votos. Yo te ofrezco un culpable y tú me das tu voto. Este es el chantaje emocional que intentan vendernos. Ellos señalan al culpable y prometen castigarlo por ello, pero seamos realistas: esas promesas son falsas. Allí donde consiga gobernar, ¿qué va a hacer el PP para solucionar una problemática mucho más compleja de lo que ellos pretenden hacernos creer? Hasta ahora, se ha trabajado de manera extraordinaria, sobre todo desde los municipios, por la convivencia y la integración. Discursos como los del PP en Badalona o los de Plataforma per Catalunya destruyen todo el esfuerzo realizado con argumentos falsos. Sembrar odio es peligroso, puesto que de esa siembra sólo se recogerán conflictos, enfrentamientos y más odio. En ningún caso, este tipo de actitudes harán desaparecer la crisis por arte de magia. Ayer, escuchaba a Fabio Tropea, Doctor en Comunicación Audiovisual, en la UAB, reflexionando sobre el miedo de las comunidades a todo aquello foráneo y desconocido para ellas y cómo las comunidades, inicialmente encerradas en sí mismas, han ido evolucionando hasta llegar al mundo global en el que nos encontramos actualmente. Este miedo al forastero, a lo desconocido, se fundamente única y exclusivamente en la ignorancia, utilizando este término sin intención despectiva. Cuando no sabemos qué pasará, a qué nos enfrentamos, sentimos miedo. Este miedo es el que debemos convertir en tolerancia, poniendo el acento en la pluralidad y en la diversidad cultural como elemento enriquecedor. No es tarea fácil y es necesario ofrecer respuestas a los problemas que algunos, recurriendo a la manipulación, intentan atribuir al fenómeno de la inmigración. Cierto es que nos encontramos y nos encontraremos con tropiezos, pero la mejor manera de superarlos es mediante el diálogo. No nos engañemos, el discurso del PP de Badalona, con García Albiol al frente, no aporta soluciones, no incluye propuestas, tan sólo estigmatiza a colectivos vulnerables, generaliza de una manera terrorífica e insulta la inteligencia de la ciudadanía con un argumento hueco y sin fundamento. ¿A García Albiol le preocupa su ciudad? Estoy convencida de que no, porque alimentar el odio entre sus ciudadanos y ciudadanas demuestra que su intención es claramente comprar votos para conseguir el poder a toda costa, sin importarle en lo más mínimo las consecuencias que generen sus acciones en su propia ciudad. Yo no quiero que mi ciudad vecina se suma en un miedo infundado y basado en la mentira, yo no quiero un vecino xenófobo.