miércoles, 25 de mayo de 2011

Carta a l@s socialistas

Pasados 3 días de la jornada electoral, después de haber reflexionado, de haber hablado con compañeros y compañeras de toda España y viendo el debate interno que se está generando, quiero escribir una carta al socialismo, tanto catalán como español. En otra ocasión me centraré en los resultados electorales de Montgat, pero antes quiero expresar una visión mucho más global.

Señores, la ciudadanía nos ha lanzado un mensaje y no podemos ignorarlo. La izquierda ha sido castigada en las urnas y no podemos continuar buscando culpables. Si no nos entienden, es que nos explicamos mal; si no están de acuerdo con nuestras políticas, es que éstas no se adaptan a las demandas sociales; y si no nos consideran una opción válida para gestionar esta crisis, es que no lo somos. Y si lo somos, también hay que parecerlo.

En estas circunstancias (aunque ya viene siendo necesario desde hace tiempo), se exigen cambios en todos los ámbitos: en las maneras de hacer, en las maneras de comunicar, en las relaciones con la ciudadanía y en nuestras propias relaciones y estructuras internas.

Prácticamente desde el primer día que llegué a este partido he estado escuchando, y diciendo, aquello de que comunicamos mal. Y sí, en muchas ocasiones sí, pero no nos escudemos más en excusas. El problema no es comunicativo, el problema ya es ideológico. Nuestro discurso ya no vale, no vende, no ilusiona ni emociona. No resulta práctico ni creíble. No es que lo comuniquemos mal, es que el producto no se adapta a las necesidades del mercado.

Así que, no sé si refundarnos (la palabra no me acaba de gustar), pero sí adaptarnos, renovarnos, rejuvenecernos. Basta ya de personalismos, basta de ser de uno u otro líder, basta de hablar del pasado y de lo malos que son los que vienen. Vamos a construir proyecto, después veremos quién lo lidera.

Aceptemos las derrotas y no nos enroquemos en posiciones que no nos llevan a ninguna parte. No nos deslumbremos por líderes visionarios, porque éstos (lo hemos visto) son caducos, nuestro proyecto debe ser perenne.

Perdamos el miedo al debate, el miedo al cambio y ejerzamos nuestra militancia como es debido. Si nos equivocamos hay que reconocerlo, si es necesario rectificar hay que hacerlo y, sobre todo, debemos escuchar a la ciudadanía, porque somos representantes de ésta.

Ahora debemos recuperar credibilidad y eso no se consigue pactando con el mismísimo diablo para gobernar a toda costa. Gobernar sí, cuando los votantes nos otorgan esa responsabilidad; gobernar sí, para hacer política desde la izquierda, con un mapa de ruta definido, pero no a cualquier precio.

Y todo esto, y mucho más, se debe llevar a cabo desde las bases, que son ciudadanía, y desde las necesidades y demandas de ésta.

1 comentario:

José Luis Buenache dijo...

BRAVO CRISTINA!!
Un abrazo!
JLB